Por: Diego Bejarano*
Don Bosco a sus primeros misioneros que envió a la Patagonia les dijo: "Busquen almas no dinero, ni honores, ni dignidades”.
Desde mi experiencia misionera que empezó en Gama - Cundinamarca, en el año 2009, hasta el día de hoy, he podido evidenciar diferentes avances con las comunidades en donde se han hecho los procesos de misión, sobre todo en la construcción de iglesias domésticas.
En el año 2014 participé en el campamento misión, en el municipio de Mesetas - Meta, conocida como región del Ariari; también he participado en otros municipios como son Vista Hermosa, San Juan de Arama. Desde estos lugares lo que rescato es la acogida que se nos ha dado a los salesianos desde hace muchos años. Es el resultado de las experiencias de misiones que se viven con esas comunidades en Semana Santa y Navidad; donde se ve a Don Bosco vivo en cada miembro de las familias, especialmente en los jóvenes y los niños (a pesar de sus dificultades en temas de seguridad), la alegría es el vínculo que une tanto al misionero salesiano como a la comunidad.
El acompañamiento de los misioneros Salesianos en las familias:

Por lo anterior, en las familias de la región del Ariari, la Inspectoría San Pedro Claver de Bogotá, desde la pastoral misionera se lleva un proceso con ellas enfatizando el núcleo familiar y especialmente a familias vulnerables, pobres; como don Bosco llamaría “Pueblos Salvajes”. Se les guía por medio de un camino de alegría, de comunicación, de concordia y de amor; llevándolos a una unión con Cristo y la Iglesia, para ser unas familias constructuras de paz y referentes a seguir en el país y en el mundo entero.
*Animador Juvenil del MJS COB.
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