Desafíos de las familias hoy

Por: P. Luis Bernardo Mur Malagón, SDB*



No se trata de hacer una lista exhaustiva de todos los desafíos que enfrenta la familia hoy, sino de comentar algunos que ya fueron discutidos en el sínodo de la familia convocado por el Papa Francisco en el año 2014 y 2016 y que quedaron plasmados en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, concretamente en los numerales 50-57.

Un desafío primordial es el relacionado con la función educativa que tienen los padres hacia sus hijos. Hoy en día dadas las circunstancias económicas, papá y mamá deben trabajar. Por lo tanto, muchos de ellos llegan a su casa cansados y sin ganas de conversar. Es más, en muchas familias se ha perdido la bella costumbre de tomar los alimentos juntos. Y es cuando entran otras distracciones, otras ofertas como la televisión que viene a ocupar dicho espacio. 

Esto dificulta la transmisión de la fe de padres a hijos. Fuera de esto muchas de nuestras familias viven el síndrome de la ansiedad. Todo apunta a prevenir problemas futuros y no se abren espacios para compartir el presente, no se vive cada momento a profundidad, sino que la atención se coloca toda al futuro, en cómo sortear los problemas venideros.

Otro gran desafío que enfrenta la familia hoy, son las diferentes adicciones que muchas veces la destruyen: drogas, alcoholismo y el juego. Estas adicciones traen como consecuencias familias destrozadas, hijos desarraigados, ancianos abandonados, niños huérfanos de padres vivos, adolescentes y jóvenes desorientados y sin normas. Además aparece la violencia intrafamiliar que “es escuela de resentimiento y odio en las relaciones humanas básicas”. Aún se sigue dando la violencia contra las mujeres, situación que nunca se puede aceptar. La violencia verbal, física y sexual que se ejerce contra las mujeres en algunos matrimonios contradice la naturaleza de la misma unión conyugal.

Pero no es solamente esta clase de violencia, pensemos en el alquiler de vientres o en la instrumentalización y mercantilización del cuerpo femenino. Otro gran desafío, surge de la realidad que se da en muchos contextos, y es la difusión amplia de la praxis de la convivencia que precede al matrimonio. Algunas legislaciones de países facilitan el avance de otras alternativas, dejando la institución matrimonial que tiene propiedades como la exclusividad y la indisolubilidad y fines como el bien de la pareja, la procreación y la educación de los hijos, como una oferta anticuada, que ya no responde a la realidad de hoy.

El avance de la ciencia es algo positivo para la sociedad, pero otra cosa, es cuando dicho avance entra en el campo de la manipulación del acto generativo, remplazando totalmente la relación sexual entre el hombre y la mujer. Amoris laetitia advierte claramente: “No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes”. 

Estos desafíos nos deben llevar a despertar la creatividad misionera. No podemos quedarnos en lamentos, debemos buscar las maneras de responder a esta realidad que vive la familia. No podemos caer en un negativismo, en una falta de optimismo, debemos “liberar en nosotros las energías de la esperanza traduciéndolas en sueños proféticos, acciones transformadoras e imaginación de la caridad”.

Podríamos enumerar muchos más desafíos, pero no se trata sólo de hacer una lista inconclusa, sino de ver con detenimiento algunos, para buscar respuestas y acciones concretas que desde la escuela y parroquia salesianas podamos aportar para hacer de la familia la primera escuela y la primera parroquia o iglesia doméstica.

*Doctor en Derecho Canónico, Especialista en Derecho de familia, actualmente Decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad
Javeriana.

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