¿Qué tipo de sociedad y de país queremos ayudar a construir?
Por: Juan Fernando Vélez Granada.
Gerente Administrativo de la Corporación Región.
Gerente Administrativo de la Corporación Región.
Esta es la pregunta que todas las personas debemos hacernos hoy en Colombia. Desde mi punto de vista la respuesta es: una sociedad democrática, solidaria, justa y en paz.
El conflicto armado nos ha dejado una gran sombra de dolor y tragedia. Por esto hoy es importante ser conscientes de la inutilidad de la guerra y la inviabilidad de darle fin a este conflicto por la vía de las armas.
Ahora es el momento de darnos una nueva oportunidad para hacer una sociedad más equitativa, la posibilidad de saldar deudas históricas referidas al campo y a los campesinos, la importancia de ampliar las posibilidades de participación ciudadana y de avanzar en la mayor verdad y justicia posibles.
Después de tantos años de la presencia de una guerrilla armada, tener la posibilidad de encontrar una salida pacífica y negociada a través del diálogo es ya un gran logro. El acuerdo que comienza a implementarse significa grandes retos para nuestra sociedad y un paso inmenso para terminar con el conflicto armado y para profundizar en la democracia.
Son dos grandes tareas las que debemos emprender para construir esta nueva sociedad, de un lado una profunda reflexión sobre la ética y del otro un gran reto educativo.
Debemos profundizar en el cuidado de todo aquello que nos rodea, aprender a cumplir aquello que está establecido y que nos ayuda a respetar las diferencias y a cuidarnos entre nosotros mismos. Para esto es necesario recurrir a la ética, no es válido utilizar mentiras, es necesario vivir de manera decente y actuar como si fuéramos todos una verdadera familia.
Hay una gran tarea entre los colombianos y es dejar a un lado el “todo vale”, si realmente
queremos ayudar a construir una nueva sociedad, los valores como la honestidad y la responsabilidad, deben estar siempre presentes; trabajar a fondo por todo aquello que
significa el bien común y dejar atrás los egoísmos.
Construir una verdadera sociedad democrática, justa y en paz requiere un gran trabajo de cambio cultural. Esta es una tarea de cada quien, de manera individual, pero también en cada familia, en la escuela, la universidad, en la calle. Si no erradicamos la trampa, el engaño, la corrupción, va a ser muy difícil que podamos contar con una sociedad con mayor igualdad de derechos, más equitativa, o sea, menos injusta.
El reto educativo Hoy en Colombia es fundamental reconstruir valores como el respeto de los derechos y libertades propias de cada individuo. Una sociedad democrática es aquella
que hace un reconocimiento de la igual dignidad de todas las personas, lo que en términos
jurídicos y políticos es igual a reconocer a cada quien como un sujeto de derechos.
La cultura política incluye un concepto referido al de la Educación ciudadana. Esto significa la construcción de sujetos hombres y mujeres con capacidad crítica para leer su entorno y actuar en su transformación. Una educación enfocada al desarrollo humano, basada en los principios de libertad e igualdad.
La educación hoy no debe ser ajena a la realidad social, política y económica del país. Cuando esto sucede lo único que se logra es que existan unos individuos que aceptan la sociedad tal como es y no ven la necesidad de cambiarla. El ejercicio de la ciudadanía, más
allá de marcos conceptuales, se hace posible a través de la vivencia cotidiana, promoviendo el desarrollo del pensamiento crítico, siendo coherentes y consecuentes con los discursos, actuando con ética, con visión pública, desarrollando la capacidad para la convivencia y la construcción colectiva, en otras palabras, siendo democráticos en el marco de la equidad y el reconocimiento a la diversidad.
En este sentido la ciudadanía es un marco democrático en el que se hace posible que los individuos construyan su propio proyecto de vida bajo condiciones de equidad y libertad; es así como toman relevancia los procesos participativos en la vida social cotidiana.
La ciudadanía se hace evidente en el marco de la democracia y de la realización de los derechos, es la manera en que cada individuo se siente parte del mundo, participando del ámbito público. La vida social implica unos acuerdos mínimos sobre los cuales interrelacionarse y desarrollarse colectivamente, dándole espacio al proyecto individual, el cual es llevado desde la dimensión política al ámbito de lo público por la vía de la socialización, la reflexión y la confrontación.
Un verdadero ciudadano se interesa por los asuntos públicos, se compromete con la realidad que hay en su entorno. La ciudadanía incluye la posibilidad de ejercer derechos y también de tener deberes con aquella sociedad de la que se hace parte. En este sentido
la política, entendida como aquel escenario donde se tramitan los asuntos públicos y se construye la paz y el bien común, no nos debe ser ajena.
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